martes, 5 de mayo de 2009

Tiempo ha sin escribir...por lo menos en este mi olvidado blog. Tantas cosas por decir y tantas cosas que callar. En definitiva apoyo aquello que dijo John Lennon acerca de que "la vida es aquello que te ocurre. mientras te esfuerzas en hacer otros planes".
Algunos planes ocurren sin embargo, sólo me basta recordar lo que sucedíen mi vida el año pasado, decidida a hacer mi tesis lo cual se cristalizó hasta agosto de ese mismo año en que finalmente pude darla de alta y que me la aceptaron, por supuesto.
El escabroso tema de "la tesis", hasta ahora, después de años he comprendido el verdadero significado de eso.
Recuerdo de pequeña, cuando alguien hablaba de lo difícil de hacer una tesis y yo sólo rogaba nunca estar en ese momento. Poco a poco fue tomando la natural aversión al tema, hasta que supe que era el mejor pretexto para postergar las cosas. Sé lo que debe pensarse, si alguien lee esto, dirá "qué cinismo, declara su inmadurez al hablar de formas cómodas para postergar", y quizas no estén equivocados.
De alguna manera siempe lo he dicho, mmi madurez no es lo que el mundo esperaba, pero hasta ahora, pasados los años, es cuando me doy cuenta que no siempre las decisiones tomadas son lo más idoneo. Ahora pienso que mi urgencia por estudiar a marchas forzadas, bueno o por lo menos cursar la licenciatura a ese paso, no fue lo más correcto
Algún efecto debe tener el vivir a prisa, el mío fue un periodo de incertidumbre cuando terminé la carrera a los 20 años, edad en la que debía estar haciendo cosas de esos años alternadas con la escuela, vivir lo que todos viven y les generan recuerdos toda la vida.
No me quejo de mi vida estudiantil, fue sin duda una manera rápida, pero de igual forma viví al mismo ritmo, encontrando pues a los 20 años mi primer trabajo, responsabilidades que asumi, pero que me hicieron vivir aún más a prisa. La titulación era lo único que me hacía recordar que aún no era del todo responsable y no del todo una adulta. Por eso decidí hacer tesis, era la opción más temible y más creíble ante quienes presionaban de dar el gran paso, de culminar mi obra jajaja como si hubiera sido un Miguel Ángel antes de terminar la capilla sixtina.
Nunca lo he tomado así, la licenciatura es un paso más, pero el primer compromiso serio, por ello decidí hacer un trabajo digno del tiempo postergado y fue así como me enfrasqué desde el 1 de agosto del 2008 en mi trabajo.
Bueno debo decir, que me enfrasqué en buscar bibliografía, tomemos en cuenta que necesitaba conocer mi tema, y del que elegí, no sabía nada, fue un albur y gané, me enamoré de mi tema.
A partir de esntonces desarrollaré mi punto. La premisa se refiere a que la dififultad de una tesis no radica hasta cierto punto en lo que se escribe o investiga, sino a lo que el mismo trabajo representa. En mi caso, la justificación de cuatro años de evadirlo, el correspoder de alguna forma a todos los que me habían presionado con tan buenas intenciones y que me extendieron la mano cuando más lo necesité.
Además de una manera casi inconciente, apelé a aquello que siempre ha sido una obsesión en mí, mi pasado y anclado a ello, mis abuelitos.( Perdonden si me refiero a ellos en diminutivo, pero me suena muy golpeado decirles abuelos). Desde pequeña, mi madre forjó en mí una especie de adoración hacia ambas figuras masculinas, de la rama paterna y materna que no tuve el gusto de conocer, pero que siempre han estado en mi vida. No sólo eran ideas de mi madre que los quiso tanto, a ambos, conforme crecí, encontré gente (en plural) que los recordaban de una forma tan hermosa, que no me cabe duda de que fueron seres extraordinarios.
En fin, hablar de ellos merece otra entrada por lo menos, así que regreso al punto. Para mí, la tesis fue una forma inconciente de acercarme a ellos. Explico lo anterior, mi abuelo paterno llamado Alfonso Ramírez Martínez, fue un odontólogo nacido en 1900, en Oaxaca; no podría precisar el lugar pero no es tan relevante al saber que muy joven se fue a México a estudiar.
Tampoco puedo precisar el lugar pero en algún lado aprendió a pintar. Los cuadros de su autoría, que mi familia conserva, siempre me han causado embeleso porque en verdad, son extraordinarios. La cosa es que alternó su profesión con su pasión por el arte. Además de su humanidad y que no he encontrado una mala anecdota suya, debo decir de él que fue un ser extraordinario, que al casarse con mi abuelita, se fue a vivir al pueblo de ella Zacualtipán de Ángeles, en Hidalgo en donde formaron una familia de tres hijos.
Mi abuelito por rama materna, el Profesor Carlos Cruz Rosales, fue autóctono de Zacualtipán y se dedicó por completo a la labor educativa, muchas veces en zonas rurales de difícil acceso sin mermar esto en su entusiasmo o mejor dicho, en su amor por la educación. Él formó una familia grande en cantidad, a la que siempre cuidó y por la que nunca escatimó desvelos y amor.
Digamos que ambos tuvieron una pasión y la respetaron siguiendo sus propias convicciones, el destino me llevó a que como tema de tesis eligiera uno que de una forma los invoolucraba a ambos. La educación a través del arte; debo confesar que a pesar de que nunca he podido dibujar nada, ni siquiera hacer una línea digna de respeto, el arte es para mí algo digno de admiración, y aunque actualmente imparto clases, nunca me equipararía con la labor de mi ancestro.
En todo caso, el tema era para mí una forma de acercarme a ellos y conocerlos de la única forma posible, más allá de lo que me cuentan, conociendo sus épocas y contextos. Aún no presento examen de mi tesis, pero para mí ya vale más que un título.
El caso es que el destino me apresuró a su conocimiento. Así pues, conociendo sobre ellos o sobre la tesis, me la pasé cinco meses, hasta que me di cuenta que tenía solo uno para entregar el trabajo...uppps.
La cuestión es que con el miedo de no lograrlo, en los primeros días de enero, comencé a redactar todo aquello que había leído y quizas sólo con su ayuda, terminé mi trabajo en las fechas establecidas.
La cuestión es que esa tesis ya no es solo el requisito, sino mi labor. Hablaba en un principio acerca de los planes no establecidos y así ha sido, en cuanto a trámites, debo decir que sólo me falta pagar y llevar las impresiones y etc, etc.
pero se me ha atravesado la influenza...
Actualmente vivo en Oaxaca, mi escuela y trámites están en el estado de México...ahora me es imposible viajar y todo se ha retrasado, pero espero el momento en que pueda tener fecha para el examen más importante, en el que no sólo hablaré de de un trabajo largo y dedicado, sino que hablaré con el corazón de cosas que con el corazón también, hubiera deseado escuchar de los labios que nunca vi abrirse ni escuché una palabra, de los labios de mis abuelitos, que desde donde estén, estoy segura que querrán decirme que estoy en lo correcto, y que están conmigo.
Por ello ya no temo a la tesis, ahora anhelo el momento de hacerlo y decirles que viven no a través de mí, sino conmigo y que son lo más inspirador de mi vida.